viernes, 10 de febrero de 2012

DINAMISMO DEL CARISMA FUNDACIONAL DE UN INSTITUTO SECULAR

 

DINAMISMO DEL CARISMA FUNDACIONAL DE UN INSTITUTO SECULAR

MARÍA CRISTINA VENTURA GONZÁLEZ, Responsable general Instituto secular Legionarias de Maria Inmaculada.(En la foto, según miramos la primer a la  izquierda)

 

Publicado en Sequela Christi, 2011

 

El R.P. Fr. Felipe de Jesús López, OFM, en los inicios de la segunda mitad del siglo XX, en 1954, con oca­sión de la celebración del centena­rio de la declaración dogmática de la Inmaculada Concepción de Ma­ría, experimentó el impulso interior de fundar una Asociación Secular Apostólica (Instituto Secular) para fortalecer la fe católica y defender sus principios que pudo concretizar y clarificar más tarde. Se preo­cupaba en forma especial por los pobres, los niños y por la integra­ción de las familias. Como 'Pía Unión' de "Misioneras Seglares Franciscanas", nace con la anuencia de las autoridades eclesiásticas en 1961 en la ciudad de Etzatlán Jalis­co - México, lo que sería luego el I.S. "Legionarias de María Inmacu­lada" ya que respondía más a su an­helo de recristianizar los ambientes laicos, contrarrestando el laicismo operante en la sociedad y estructu­ras laicistas a través de una presen­cia de mujeres católicas activas y más acorde también a su particular devoción a María Inmaculada.

 

1.      ¿Por qué una obra de mujeres consagradas insertas en el mundo?

 

El conocimiento de la realidad socio-cultural-política y religiosa del país de nuestro Fundador marcó la pauta y fue muy significativo. Prime­ro, se vivían las consecuencias de una guerra cristera que termina en 1929, cuando el gobierno revolucionario, a pesar de sus ideas liberales, tuvo que aceptar que un 98% de la población practicaba la religión ca­tólica y que buena parte de la esta­bilidad social del país se fundaba en el respeto a las creencias persona­les. Ahora bien, eso no significó que el gobierno diera marcha atrás en lo relativo al LAICISMO, es decir, en la separación entre el Estado e Iglesia, y en la libertad para profesar cual­quier religión. En consecuencia, la sociedad urbana mexicana poco a poco fue adquiriendo cada vez más un carácter laico, fue acostumbrándose a realizar el culto religio­so sólo dentro de los templos, fue aceptando la marginalidad real del compromiso cristiano católico en la vida social de los mexicanos, a tal grado que muchos, sobre todo políticos, manifestaran una doble vida; esto también se dejó sentir en toda estructura social.

 

2.      Contexto del carisma fundacional de las "Legionarias de María Inmaculada"

 

En este contexto político-religioso y sociocultural-económico de la vida en México, la acción del Espí­ritu Santo ha suscitado el carisma de consagración secular, para laicas/os, y se manifiesta en primer lugar como un don personal al P. Fr. Feli­pe, en cuanto que transforma su persona como fundador preparán­dole para una vocación y misión particular en la Iglesia (VC1). En segundo lugar el carisma mismo se revela como una experiencia del Espíritu Santo (cf. ET 11), que lue­go trasmite a un grupo inicial de 13 mujeres para ser por ellas vivido, custodiado, profundizado y desa­rrollado constantemente en sintonía con el Cuerpo de Cristo en crecimiento continuo a lo largo de México, (cf. LG 44, MR 11). Su situación sociológica es vivir en el mundo, a modo de fermento, para la santificación del mundo ejerciendo distintas profesiones encaminadas a ser instrumento de fermento evangélico, sobre todo en los espacios donde el laicismo im­pera no solo como una ideología sino de hecho y al margen de la vida de Dios.

En tercer lugar, la inspiración e ini­ciativa de nuestro Fundador se co­locan en el ámbito eclesial porque a través de él quedan implicadas otras personas que ejercen una misión apostólica en favor del pue­blo de Dios (Cf VC 63c) y que poco a poco hace que el grupo vaya ad­quiriendo identidad y dinámica propia. Esta misión surge para dar una respuesta a la realidad conoci­da e identificada primeramente en el ámbito de la educación que ofre­ce el Estado e instituciones laicas, que luego le permitió constatar al Fundador la falta de formación re­ligiosa y valores cristianos, y que le hizo sentirse corresponsable con la gran tarea de la Iglesia católica.

 

3.      Dinamismo fundamental del Carisma del ISMI

 

El proceso de fundación y constitu­ción de la Obra Pía a través de la transmisión del carisma fundacional y caracterización de algunos de sus elementos constituye la prime­ra etapa de la configuración del Instituto. Al iniciar la experiencia de lo que sería el Instituto Secular, se cuenta ya con unas constituciones escritas por el Fundador, las cuales no reflejan del todo lo que en la formación se recibía para vivir la secularidad consagrada; se identi­fican elementos de consagración y vida religiosa.

Empezamos a experimentar algunas contradicciones, hasta al punto de sentir la necesidad de adecuar la forma de vida junto con las consti­tuciones que respondiera al ser y quehacer de un Instituto Secular. Se llego a definir de la siguiente ma­nera el Carisma, misión y espiritua­lidad del Instituto.

Una legionaria de María Inmacula­da vive su carisma en el seguimien­to de Nuestro Señor Jesucristo, po­bre y Crucificado, a imitación de la Inmaculada Virgen María, y a esfor­zarse, al mismo tiempo, por recristianizar los propios ambientes, es­pecialmente en las escuelas de Go­bierno y en las Instituciones laicas, anunciando el Reino de Dios con el testimonio de una presencia alegre, pobre, fraterna y de servicio gene­roso a los hermanos, al estilo de San Francisco de Asís (cf CC.CG. Art. 3). Se identifican en él cinco dimensio­nes necesarias que le dan sustento. La dimensión Espiritual-Profética en función del crecimiento del Ins­tituto a partir de una experiencia evangélica vivida y testimoniada. La dimensión Cristológica, inspira­da por el evangelio en función de la comprensión del misterio de Cris­to pobre y crucificado, como experiencia global de su vida consagra­da secular; que lleva á la legionaria a la identificación con el misterio de la Encarnación, en el anonadamien­to y de una entrega total de su persona a Jesucristo, siguiendo el ejemplo de María Inmaculada: pri­vilegiando un Si total, buscando descubrir siempre la voluntad del Padre; una fidelidad a la gracia, vi­vida con sencillez en nuestra vida ordinaria (cf GS19).

Una dimensión Eclesial, relaciona­da con la edificación continua del Cuerpo místico de Cristo a partir de la Palabra revelada y la vivencia de la Eucaristía para ponernos como Él, al servicio de Dios y de las personas, siendo expertas en comunión (cf DA 218), asumiendo evangélica­mente y desde la perspectiva del Reino las tareas que contribuyen a la dignificación de todo ser huma­no y a trabajar concretamente en el ejercicio de la paz, justicia y solida­ridad con todos.

La fecundación espiritual, dimen­sión en cuanto concierne a la per­manente realización y transmisión de la vida cristiana por cada una de las legionarias siendo testigos del Dios que da la vida y que nos en­frenta a una cultura de la muerte, consumista, hedonista. Deseamos vivir la cotidianidad de nuestra vida secular privile­giando un testimonio alegre, po­bre y fraterno, al servicio de las personas sobre todo las más pobres y olvidadas. Finalmente la di­mensión escatológica-radical, por la actualización del seguimiento de Cristo con un dinamismo propio, hacia la plena madurez en Cristo. La configuración con Cristo como virgen - pobre y obediente -, debe ir creciendo ininterrumpidamente como dice el Concilio (LC 46), has­ta llegar a ser, de verdad, una pura transparencia de Jesús.

 

4. ¿Cómo hemos vivido a lo largo de cincuenta años nuestro carisma?

 

4.1. Aspecto Histórico

El carisma de las Legionarias de María Inmaculada, comprende un análisis histórico-documental de los hechos, palabras y escritos del Padre Fundador y de la Fraternidad, especialmente en los tiempos de los orígenes, hasta el hoy del Instituto. En un primer momento todo apun­taba hacer presencia en nuestras fa­milias y en las Escuelas de Gobierno para la educación de niños y jóve­nes donde nuestra misión se enfo­caba para implantar los valores del evangelio a través de nuestra vida y de la enseñanza.

Poco tiempo después al enfatizarse cada vez más el laicismo que junto con el hedonismo, afán de poder y riquezas exacerbado, las legionarias descubrimos la necesidad de am­pliar la misión para todos aquellos espacios donde no se puede asegu­rar la presencia de un compromiso cristiano serio, hasta descubrir lo que sería un tercer momento del caminar carismático cuando se iden­tifica que el hombre de hoy es presa del individualismo extremo, el re­lativismo y la secularización radical de la sociedad, la falta de raíces cla­ras, no solo religiosas sino también culturales; el nuevo paganismo de tanta gente que ni siquiera es atea sino indiferente, como dice el P. Rovira Arumí, CMF, en su obra: La Vida consagrada hoy. El impulso actual que estamos vivien­do nos confronta con una realidad que nos sobrepasa y genera crisis en pleno cambio de época y que enfatiza el fenómeno de la globalización y por eso estamos empeñadas en vi­vir nuestra consagración secular fielmente para iluminar, con la luz del evangelio, todos los ámbitos de la vida social (cf r. DA 501).

 

4.2.            Aspecto espiritual

 

Este aspecto comprende los im­pulsos de la experiencia tal como es vivida actualmente por las Legiona­rias con sus relativos horizontes socioculturales y teológicos y con sus esperanzas de progreso y de conservación. Nuestra espirituali­dad nos capacita interiormente y el carisma nos compromete hacia afuera. Sin espíritu, el carisma deja de ser tal y se convierte en obra so­cial, pedagógica, de salud, pastoral y, la espiritualidad sin carisma, deja de ser evangélica.

 

4.3.            Aspecto hermenéutico-espiritual

 

Tiene en cuenta la realidad espiri­tual de la experiencia que se deri­va del carisma e intenta llegar en sintonía con el espíritu del Funda­dor más allá de las formas históricas, es decir en cada uno de los ámbitos de vida a través de los cuales están viviendo las Legionarias su carisma en su consagración secular hoy.

 

5.                  Retos a nuestro carisma en el hoy

 

Las legionarias de María Inmacula­da nos encontramos solo en Méxi­co, un país de grandes extensiones y de una geografía humana muy rica, y es desde una visión sociocultural que nos plantea una diversidad de retos a nuestro carisma.

La propuesta primera entre otras es superar nuestra presencia en solo algunas regiones del país. Junto a la metodología de interpretar el Caris­ma de Legionaria de María Inmacu­lada es necesario verificar su vitali­dad y autenticidad en cada espacio o ámbito de nuestras presencias. La adaptación dinámica y creativa para comprender los nuevos caminos de inculturación del carisma, no como una simple relectura o repro­ducción que ha de adaptarse a las condiciones de las características socioculturales, y por eso nos preguntamos: ¿hacia donde nos impul­sa el Espíritu?

La congruencia y profundidad de vida con fidelidad en nuestra con­sagración secular porque hay que seguir a Jesús para proseguir su obra, hasta conseguir llevarla a plenitud, aunque ello implique la persecución. Finalmente, cultivar el espíritu y el carisma heredados de nuestro Fundador es el gran reto de nuestra vida hoy. A través de nuestras diferentes actividades apostólicas, en respuesta a la realidad que vivimos, nos esforzamos, con la ayuda de Dios, en la re­alización de nuestra misión, dan­do prioridad a las necesidades más urgentes de nuestros herma­nos menos favorecidos.

 

 

 

 

 

 

 

 

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