DINAMISMO DEL CARISMA FUNDACIONAL DE UN INSTITUTO SECULAR
MARÍA CRISTINA VENTURA GONZÁLEZ, Responsable general Instituto secular Legionarias de Maria Inmaculada.(En la foto, según miramos la primer a la izquierda)
Publicado en Sequela Christi, 2011
El R.P. Fr. Felipe de Jesús López, OFM, en los inicios de la segunda mitad del siglo XX, en 1954, con ocasión de la celebración del centenario de la declaración dogmática de la Inmaculada Concepción de María, experimentó el impulso interior de fundar una Asociación Secular Apostólica (Instituto Secular) para fortalecer la fe católica y defender sus principios que pudo concretizar y clarificar más tarde. Se preocupaba en forma especial por los pobres, los niños y por la integración de las familias. Como 'Pía Unión' de "Misioneras Seglares Franciscanas", nace con la anuencia de las autoridades eclesiásticas en 1961 en la ciudad de Etzatlán Jalisco - México, lo que sería luego el I.S. "Legionarias de María Inmaculada" ya que respondía más a su anhelo de recristianizar los ambientes laicos, contrarrestando el laicismo operante en la sociedad y estructuras laicistas a través de una presencia de mujeres católicas activas y más acorde también a su particular devoción a María Inmaculada.
1. ¿Por qué una obra de mujeres consagradas insertas en el mundo?
El conocimiento de la realidad socio-cultural-política y religiosa del país de nuestro Fundador marcó la pauta y fue muy significativo. Primero, se vivían las consecuencias de una guerra cristera que termina en 1929, cuando el gobierno revolucionario, a pesar de sus ideas liberales, tuvo que aceptar que un 98% de la población practicaba la religión católica y que buena parte de la estabilidad social del país se fundaba en el respeto a las creencias personales. Ahora bien, eso no significó que el gobierno diera marcha atrás en lo relativo al LAICISMO, es decir, en la separación entre el Estado e Iglesia, y en la libertad para profesar cualquier religión. En consecuencia, la sociedad urbana mexicana poco a poco fue adquiriendo cada vez más un carácter laico, fue acostumbrándose a realizar el culto religioso sólo dentro de los templos, fue aceptando la marginalidad real del compromiso cristiano católico en la vida social de los mexicanos, a tal grado que muchos, sobre todo políticos, manifestaran una doble vida; esto también se dejó sentir en toda estructura social.
2. Contexto del carisma fundacional de las "Legionarias de María Inmaculada"
En este contexto político-religioso y sociocultural-económico de la vida en México, la acción del Espíritu Santo ha suscitado el carisma de consagración secular, para laicas/os, y se manifiesta en primer lugar como un don personal al P. Fr. Felipe, en cuanto que transforma su persona como fundador preparándole para una vocación y misión particular en la Iglesia (VC1). En segundo lugar el carisma mismo se revela como una experiencia del Espíritu Santo (cf. ET 11), que luego trasmite a un grupo inicial de 13 mujeres para ser por ellas vivido, custodiado, profundizado y desarrollado constantemente en sintonía con el Cuerpo de Cristo en crecimiento continuo a lo largo de México, (cf. LG 44, MR 11). Su situación sociológica es vivir en el mundo, a modo de fermento, para la santificación del mundo ejerciendo distintas profesiones encaminadas a ser instrumento de fermento evangélico, sobre todo en los espacios donde el laicismo impera no solo como una ideología sino de hecho y al margen de la vida de Dios.
En tercer lugar, la inspiración e iniciativa de nuestro Fundador se colocan en el ámbito eclesial porque a través de él quedan implicadas otras personas que ejercen una misión apostólica en favor del pueblo de Dios (Cf VC 63c) y que poco a poco hace que el grupo vaya adquiriendo identidad y dinámica propia. Esta misión surge para dar una respuesta a la realidad conocida e identificada primeramente en el ámbito de la educación que ofrece el Estado e instituciones laicas, que luego le permitió constatar al Fundador la falta de formación religiosa y valores cristianos, y que le hizo sentirse corresponsable con la gran tarea de la Iglesia católica.
3. Dinamismo fundamental del Carisma del ISMI
El proceso de fundación y constitución de la Obra Pía a través de la transmisión del carisma fundacional y caracterización de algunos de sus elementos constituye la primera etapa de la configuración del Instituto. Al iniciar la experiencia de lo que sería el Instituto Secular, se cuenta ya con unas constituciones escritas por el Fundador, las cuales no reflejan del todo lo que en la formación se recibía para vivir la secularidad consagrada; se identifican elementos de consagración y vida religiosa.
Empezamos a experimentar algunas contradicciones, hasta al punto de sentir la necesidad de adecuar la forma de vida junto con las constituciones que respondiera al ser y quehacer de un Instituto Secular. Se llego a definir de la siguiente manera el Carisma, misión y espiritualidad del Instituto.
Una legionaria de María Inmaculada vive su carisma en el seguimiento de Nuestro Señor Jesucristo, pobre y Crucificado, a imitación de la Inmaculada Virgen María, y a esforzarse, al mismo tiempo, por recristianizar los propios ambientes, especialmente en las escuelas de Gobierno y en las Instituciones laicas, anunciando el Reino de Dios con el testimonio de una presencia alegre, pobre, fraterna y de servicio generoso a los hermanos, al estilo de San Francisco de Asís (cf CC.CG. Art. 3). Se identifican en él cinco dimensiones necesarias que le dan sustento. La dimensión Espiritual-Profética en función del crecimiento del Instituto a partir de una experiencia evangélica vivida y testimoniada. La dimensión Cristológica, inspirada por el evangelio en función de la comprensión del misterio de Cristo pobre y crucificado, como experiencia global de su vida consagrada secular; que lleva á la legionaria a la identificación con el misterio de la Encarnación, en el anonadamiento y de una entrega total de su persona a Jesucristo, siguiendo el ejemplo de María Inmaculada: privilegiando un Si total, buscando descubrir siempre la voluntad del Padre; una fidelidad a la gracia, vivida con sencillez en nuestra vida ordinaria (cf GS19).
Una dimensión Eclesial, relacionada con la edificación continua del Cuerpo místico de Cristo a partir de la Palabra revelada y la vivencia de la Eucaristía para ponernos como Él, al servicio de Dios y de las personas, siendo expertas en comunión (cf DA 218), asumiendo evangélicamente y desde la perspectiva del Reino las tareas que contribuyen a la dignificación de todo ser humano y a trabajar concretamente en el ejercicio de la paz, justicia y solidaridad con todos.
La fecundación espiritual, dimensión en cuanto concierne a la permanente realización y transmisión de la vida cristiana por cada una de las legionarias siendo testigos del Dios que da la vida y que nos enfrenta a una cultura de la muerte, consumista, hedonista. Deseamos vivir la cotidianidad de nuestra vida secular privilegiando un testimonio alegre, pobre y fraterno, al servicio de las personas sobre todo las más pobres y olvidadas. Finalmente la dimensión escatológica-radical, por la actualización del seguimiento de Cristo con un dinamismo propio, hacia la plena madurez en Cristo. La configuración con Cristo como virgen - pobre y obediente -, debe ir creciendo ininterrumpidamente como dice el Concilio (LC 46), hasta llegar a ser, de verdad, una pura transparencia de Jesús.
4. ¿Cómo hemos vivido a lo largo de cincuenta años nuestro carisma?
4.1. Aspecto Histórico
El carisma de las Legionarias de María Inmaculada, comprende un análisis histórico-documental de los hechos, palabras y escritos del Padre Fundador y de la Fraternidad, especialmente en los tiempos de los orígenes, hasta el hoy del Instituto. En un primer momento todo apuntaba hacer presencia en nuestras familias y en las Escuelas de Gobierno para la educación de niños y jóvenes donde nuestra misión se enfocaba para implantar los valores del evangelio a través de nuestra vida y de la enseñanza.
Poco tiempo después al enfatizarse cada vez más el laicismo que junto con el hedonismo, afán de poder y riquezas exacerbado, las legionarias descubrimos la necesidad de ampliar la misión para todos aquellos espacios donde no se puede asegurar la presencia de un compromiso cristiano serio, hasta descubrir lo que sería un tercer momento del caminar carismático cuando se identifica que el hombre de hoy es presa del individualismo extremo, el relativismo y la secularización radical de la sociedad, la falta de raíces claras, no solo religiosas sino también culturales; el nuevo paganismo de tanta gente que ni siquiera es atea sino indiferente, como dice el P. Rovira Arumí, CMF, en su obra: La Vida consagrada hoy. El impulso actual que estamos viviendo nos confronta con una realidad que nos sobrepasa y genera crisis en pleno cambio de época y que enfatiza el fenómeno de la globalización y por eso estamos empeñadas en vivir nuestra consagración secular fielmente para iluminar, con la luz del evangelio, todos los ámbitos de la vida social (cf r. DA 501).
4.2. Aspecto espiritual
Este aspecto comprende los impulsos de la experiencia tal como es vivida actualmente por las Legionarias con sus relativos horizontes socioculturales y teológicos y con sus esperanzas de progreso y de conservación. Nuestra espiritualidad nos capacita interiormente y el carisma nos compromete hacia afuera. Sin espíritu, el carisma deja de ser tal y se convierte en obra social, pedagógica, de salud, pastoral y, la espiritualidad sin carisma, deja de ser evangélica.
4.3. Aspecto hermenéutico-espiritual
Tiene en cuenta la realidad espiritual de la experiencia que se deriva del carisma e intenta llegar en sintonía con el espíritu del Fundador más allá de las formas históricas, es decir en cada uno de los ámbitos de vida a través de los cuales están viviendo las Legionarias su carisma en su consagración secular hoy.
5. Retos a nuestro carisma en el hoy
Las legionarias de María Inmaculada nos encontramos solo en México, un país de grandes extensiones y de una geografía humana muy rica, y es desde una visión sociocultural que nos plantea una diversidad de retos a nuestro carisma.
La propuesta primera entre otras es superar nuestra presencia en solo algunas regiones del país. Junto a la metodología de interpretar el Carisma de Legionaria de María Inmaculada es necesario verificar su vitalidad y autenticidad en cada espacio o ámbito de nuestras presencias. La adaptación dinámica y creativa para comprender los nuevos caminos de inculturación del carisma, no como una simple relectura o reproducción que ha de adaptarse a las condiciones de las características socioculturales, y por eso nos preguntamos: ¿hacia donde nos impulsa el Espíritu?
La congruencia y profundidad de vida con fidelidad en nuestra consagración secular porque hay que seguir a Jesús para proseguir su obra, hasta conseguir llevarla a plenitud, aunque ello implique la persecución. Finalmente, cultivar el espíritu y el carisma heredados de nuestro Fundador es el gran reto de nuestra vida hoy. A través de nuestras diferentes actividades apostólicas, en respuesta a la realidad que vivimos, nos esforzamos, con la ayuda de Dios, en la realización de nuestra misión, dando prioridad a las necesidades más urgentes de nuestros hermanos menos favorecidos.
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