El Instrumentum laboris (nn. 147-149) nos llama a realizar la tarea evangelizadora-educativa en el difícil contexto actual, de "emergencia educativa". En este sentido ¿cómo hemos de ser los educadores católicos?, ¿cómo tiene que ser la escuela católica? Quisiera señalar algunos medios:
1.- Mantener la identidad católica de nuestros centros.
2.- Establecer en nuestros centros un programa serio e integral de formación en la fe.
3.- Fidelidad creativa al carisma fundacional.
4.- Práctica de las virtudes mediante un programa serio de educación de la voluntad.
5.- Programa de educación de la afectividad. Fomentar el ejercicio de la caridad.
6.- Atención personalizada.
Hemos visto, con dolor, cómo muchos alumnos de nuestras escuelas católicas, educados con rigor en el estudio, han llegado a ser líderes sociales enemigos de la fe y de la Iglesia. Que nuestras escuelas no sean centros de cultivo de personas muy "cultas", pero "bautizadas descreídas". Y hemos visto también, con gozo, cómo en colegios, universidades, donde se mantiene la identidad y se realiza la educación en la fe surgen vocaciones para la propia congregación y para todos los estados de la vida cristiana. Se pide a los Señores Obispos una atención especial a los centros de titularidad católica de sus diócesis. Que velen porque no desaparezcan y mantengan su clara identidad católica como contribución eficaz a la formación de nuevos y creíbles evangelizadores.
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