Acabo de verla, rodeada de toneladas de cariño de sus hermanas de Janua Coeli, como un sagrario vivo, en silencio, como testimonio de una vida inmolada y ofrecida por Cristo y por la Iglesia.
Todavía nos parece mentira que una mujer tan dinámica, llena de vida y alegría, desde el 28 del marzo del 2010, día en que se recordaba el día de nacimiento del padre Pozzo, domingo de Ramos; al finalizar la santa misa y, luego de dar sus palabras de agradecimiento, se desvaneció perdiendo el conocimiento ¡hasta ahora!
¡Todo un icono de la humildad y abandono de Jesús en Navidad!
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