lunes, 5 de abril de 2010

MERCEDES RICAURTE M. Fundadora del Instituto de las Fieles Siervas de Jesús

MERCEDES RICAURTE M. Bogotá, Noviembre 16, 1913 Bogotá, Julio 20, 2006

Fundadora del Instituto de las Fieles Siervas de Jesús

Homilía de Mons Héctor Urrea  O. en el tercer aniversario de su muerte

 

Merceditas pasó por la muerte a la Pascua de Cristo. Merceditas pasó por la Pascua de Cristo, a la gloria de Fundadora. Ella, como mujer, engendró el Instituto en su corazón apostólico. Ella, como madre, dio a luz el Instituto; lo alimentó con la leche de su rica espiritualidad y lo acompañó hasta su mayoría de edad. Ella, como consagrada, lo vio crecer; lo entregó a manos expertas, pero continuó asistiéndolo como parte de su propia vida y como objeto de su firme esperanza. Ahora, en la casa del Padre, lo protegerá con la exquisitez que la caracterizó en el tiempo de su peregrinación. El Instituto, agradecido, guardará su memoria, seguirá sus orientaciones y la tendrá siempre como insigne Fundadora. Estudiará su recia personalidad, su carisma, su espiritualidad y sus realizaciones apostólicas. Todas las secciones del Instituto emularán en la vivencia de su espíritu y en su fidelidad a la secularidad consagrada.

Con el respeto que le debemos, acerquémonos y tratemos de conocerla un poco más. Mujer admirable que supo leer los signos de los tiempos. Mujer generosa que respondió a los retos del momento. Mujer orante que se sostuvo siempre en la lectura de los signos y en la respuesta a los retos.

Mujer apostólica que congregó jóvenes para servir a Cristo y a la Iglesia con un compromiso nuevo: la consagración secular. Mujer visionaria, iluminada por el Espíritu Santo y adelantada en el descubrimiento de nuevas formas de consagración y de servicio apostólico. Mujer humildemente sencilla y sencillamente humilde que se consideró instrumento en las manos de Dios después de haber sido arcilla dócil para su Señor alfarero.

Mujer silenciosa que en la hora oportuna se retiró a la contemplación como Fiel Sierva de Jesús y esperó el momento de la llamada para responder: ¡Ya voy, Señor! El camino recorrido por Merceditas fue bien trazado, bien iluminado, bien pascual. Dios Padre, el término. Jesús el ingeniero que lo marcó con el metro de su Cruz Dios Espíritu Santo, que lo iluminó con su luz divina. El Señor la llamó a la Acción Católica porque necesitaba una líder para la juventud femenina de Colombia. Y porque era líder, llegó a ser presidenta de la juventud católica femenina de Colombia. Y porque era apóstol, recorrió las principales ciudades para conocer la realidad; tomar el pulso a la Iglesia peregrina, conocer nuevos métodos y enriquecerse con experiencias felices. Jesucristo de quien estaba ya profundamente enamorada, que era su compañero de camino y propulsor de su futuro, le preparó en 1937, en Europa, un encuentro con dos personas providenciales que la marcaron y le señalaron una ruta: Comenzó, entonces, a ser, sin llamarse, Fiel Sierva de Jesús. De regreso a Colombia, con su corazón repleto de los más bellos ideales, sentía la necesidad de alguien que la entendiera, la acompañara y le ayudara. Como Sierva de Jesús, empezó a orar con palabras, con súplicas, con lágrimas y esperanza. Su Jesús le respondió a finales de 1939, presentándole al insigne sacerdote Eudista, Andrés Basset, hombre de ciencia y de virtud; religioso ejemplar; personalidad subyugante.

Se vio, entonces, que eran tal para cual. Surgió la más profunda y espiritual empatía; se entabló la más fecunda relación espiritual y Merceditas y Andrés, espíritus nobles, elevados y privilegiados se dieron a la tarea común de dar a la Iglesia el Instituto Secular de las Fieles Siervas de Jesús, para consagrar el mundo desde dentro conservando el estado secular. Es fácil imaginar las prolongadas jornadas de oración, los diálogos, la investigación, las consultas, los pasos primeros, las alegrías y las decepciones, las angustias de estos obreros en el campo del Señor. Sus sudores y lágrimas fecundaron el surco que continúa dando buenos frutos. Merceditas llamó el Instituto "Hogar espiritual". Si conserva esta nota, será el Instituto de las Fieles Siervas de Jesús. Si la pierde, perderá su identidad. Merceditas habló de cruces y contrariedades, propias de la vida humana. Pero, sobre ellas, colocó la alegría como don amoroso del Señor. Merceditas reconoció la fundación del Instituto como obra del Señor, no suya de ella. Ella se consideró el más pobre instrumento precisamente para que apareciera la gloria de quien bien la conocía.

 

CORREO DE FAMILIA. SEPTIEMBRE - OCTUBRE 2009 No. 621

http://matrimoniosenservicio.vidaconsagrada.net/documents/CORREOFAMILIA.pdf

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