Nuevamente la Inmaculada colma las expectativas de quienes se lanzan a llevar la Buena Nueva de su Hijo Jesús al mundo. En Lima se llenó el templo de la Encarnación, en la cuadra 17 de la Brasil. Los jóvenes militantes que habían colocado carteles y difundido volantes por toda Lima gozaron al ver tanta gente honrando a Nuestra Señora.
Las Madres Agustinas y los Heraldos del Evangelio, anfitriones del acto, abrieron su iglesia de par en par. Varios confesores recibieron los penitentes a lo largo del acto.
Comenzó con la bienvenida por parte del Director de los Cruzados de Santa María en el Perú, quien leyó la bendición papal a los participantes en la Vigilia –una entrañable glosa del Avemaría que instaba a vivir la misericordia divina en un mundo contorsionado- y animó a participar de modo consciente y entusiasta. Vino después el rezo del Rosario, comentado por varios militantes y animado por Iván Landa, coordinador del acto. El testimonio del laico lo dio el profesor Manuel Tomás Amorós, que alentó a dejar un cristianismo puramente cultual –con ser importante- y hacerlo CULTURAL, comprometido, en la vida, basado en la oración, el sacrificio, la misión. Con los ánimos bien dispuestos, se fueron recitando las bellas oraciones dirigidas al Señor a través de María. Y así se llegó al centro del evento con la celebración de la Santa Misa que presidió Monseñor Guillermo Abanto, obispo auxiliar de Lima, y quien se refirió a María como “la más bella y maravillosa obra de la creación, bendecida por Dios, quien respondió pronta y generosamente, sirviendo de modelo para todos nosotros, en el gozo, el dolor y la gloria” como la contemplamos en el Rosario. Por último nos lanzó a ser pregoneros de la Buena Noticia, la del Evangelio, en la Gran Misión Continental, en cada uno de nuestros ambientes. Al finalizar, agradeció a los militantes organizadores por este servicio a los jóvenes y a la Iglesia del Perú.
El acto comenzó a las ocho de la noche y terminó a las 10. Todos nos sentíamos tan agusto que queríamos seguir. Así, uno de los militantes, Eduardo, aprovechó para invitar a los jóvenes a las próximas actividades, especialmente al Campamento. De igual modo, se repartieron volantes para la presentación del libro sobre los santos peruanos escrito por José Antonio Benito.
Por último, apiñados en torno a nuestro pastor nos tomamos una foto deseando seguir siempre unidos luchando por nuestra Iglesia, por los jóvenes, por el mundo.
0 comentarios:
Publicar un comentario