lunes, 3 de diciembre de 2012

75 AÑOS DE LAS CRUZADAS EVANGÉLICAS. CLAUSURA DEL ANIVERSARIO

El arzobispo de Valencia, Carlos Osoro, clausura en Madrid el 75 aniversario del Instituto Secular Cruzada Evangélica

Por Antonio Díaz Tortajda, sacerdote-periodista

El Arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, ha clausurado en Madrid el 75 aniversario de la fundación del instituto secular Cruzada Evangélica.

El acto de clausura del 75 Aniversario del del instituto secular Cruzada Evangélica ha tenido efecto en el Aula Magna de la Universidad de San Pablo – CEU en Madrid.

Ha intervenido de la Directora General del Instituto, Feliciana Sánchez González que ha presentado los rasgos de la identidad del instituto. "La alegría es un signo de Cruzada. Ser fiel al carisma del fundador les lleva a una entrega sin límites al bien de nuestros hermanos y para mayor gloria de Dios. De aquí nuestro lema Todo por Jesús y por las almas."

"El motor de nuestro carisma es el voto de apostolado, que consiste en llevar a los hombres a Dios. Lo hacemos, intentando no dejar pasar ninguna ocasión de hacer el bien, estando abiertas a las necesidades, que surgen en nuestra sociedad y que por vivir en medio del mundo, podemos apreciar de cerca. Según estas necesidades, creamos los centros de asistencia social, colegios, hospitales, granjas escuelas etc. Por ese mismo motivo no podemos decir que nuestro carisma se identifica especialmente con una necesidad en especial, ya que el mundo está lleno de nuevos retos por descubrir y alcanzar."

Despues monseñor Carlos Osoro Sierra, arzobispo de Valencia ha ofrecido la conferencia sobre "El Siervo de Dios Doroteo Hernández Vera, como sacerdote y fundador" y a continuación ha presidido la Eucaristía de Acción de Gracias, como clausura de esta bodas jubilares.

El año 1937 en Santander el sacerdote diocesano, Doroteo Hernández Vera vive una experiencia dolorosa en la prisión de Santander. Allí toca de manera sensible el sufrimiento humano. Las personas que están en la cárcel corren peligro no solamente de perder su vida, sino lo que es más grave, condenarse. En una de las más fuertes experiencias de su vida sacerdotal exclama: "no se puede salvar a un alma en tres horas".

El día 3 de diciembre de 1937 don Doroteo escribe las "Bases del Instituto" que son resumen y esencia del carisma y la espiritualidad de la nueva Obra, que hoy día se llama "Instituto Secular Cruzada Evangélica" . Aunque la fecha fundacional es el 8 de diciembre de 1937 en Santander, cuyos 75 años se cumplen en estas fechas.

Don Doroteo conoce algunas jóvenes de Acción Católica, que tal vez podrían dedicarse a esta labor. Desde ese pequeño grupo nace el Instituto Secular.

El instituto secular cuenta, actualmente, con centros en España así como en algunos países ibe-roamericanos y de África.


Fely Sánchez, Directora General de la Cruzada Evangélica: "Pretendemos defender la dignidad en cada persona humana, buscando acercarles en libertad a Dios"

Mon, 03 Dec 2012 19:02:00

Ayer sábado 1 de diciembre, el Instituto Secular Cruzada Evangélica clausuró los actos del 75 aniversario de su Fundación. Lo hizo con una conferencia sobre su fundador, Don Doroteo Hernández, a cargo de Fely Sánchez, Directora General de la Cruzada, y una Misa de acción de gracias que presidió el Arzobispo de Valencia, Mons. Carlos Osoro. Del Instituto y la labor que desarrolla hablamos con su Directora General. 

P.- ¿Qué es la Cruzada Evangélica? ¿Cuál es su carisma? 

R.- Es un Instituto Secular: vivimos la consagración en medio del mundo, mediante la síntesis que le es específica de secularidad y consagración. Pretendemos introducir en la sociedad las energías nuevas del reino de Cristo. Fue fundado en Santander a finales de 1937 por el sacerdote secular, hoy Siervo de Dios, D. Doroteo Hernández Vera, soriano de nacimiento. Y aprobado por el Papa, con sus constituciones, en 1976. 

En general, nuestro campo de acción son las clases populares. No nos centramos en una actividad concreta, la educación o la medicina, sino que estamos abiertas a las necesidades que van surgiendo en este devenir del tiempo y de la sociedad en que estamos. Tenemos obras sociales en España, América y África, con: centros de formación profesional, colegios, granjas escuelas, atención a campesinados, hospital Universitario, comedores de desnutridos, casas de acogida, y de mayores, y todo tipo de actividades en las parroquias, etc. Nuestra espiritualidad es recia y sencilla, y a la vez de contagiosa alegría. Tenemos la Eucaristía como centro del día, el amor filial a la Virgen, fidelidad a la Iglesia, y hacer lo ordinario extraordinariamente bien hecho en cada momento de nuestra vida. 

P.- ¿Qué supone para ustedes estos 75 años de vida 'al servicio del Evangelio'? 

R.- Durante ellos, hemos podido comprobar la ayuda amorosa de la Providencia y su misericordia con nosotros, que nos ha ido guiando en el caminar de los años, a pesar de las dificultades de todo tipo que nos hemos encontrado. 

Con motivo de la celebración de los 75 años, se han organizado en todos los centros del Instituto, tanto en España, como en América y África, distintas actividades: reuniones conmemorativas, charlas, conferencias, peregrinaciones… Eucaristías de acción de gracias presididas por los obispos o arzobispos de los lugares donde estamos establecidas. Ha sido un año de reencuentro gozoso entre nosotras mismas, de profundización en nuestra espiritualidad y carisma y, en definitiva, un año trascendental. Lo estamos viviendo con ilusión. 

P.- Fueron fundadas en unos años difíciles, de persecución religiosa. Y en ese contexto, un grupo de mujeres valientes deciden embarcarse en una nueva aventura, y dejarlo todo por amor a Dios. ¿Qué queda de aquél espíritu en las Cruzadas de hoy? 

R.- Las Cruzadas de hoy son herederas del espíritu de D. Doroteo, trasmitido por aquellas primeras que lo recibieron directamente. Tratamos, por todos los medios, de vivirlo y conservarlo tal como está en las Constituciones. Contamos además con los testimonios de vida de nuestro Fundador, ¡tantos! Y de los miembros que han ido pasando, así Ascensión Sánchez, primera Cruzada que murió en olor de santidad. 

P.- Comienzan su actividad en Santander. Y su primera Obra fuera de la capital cántabra fue el Albergue de la Merced, en Madrid, donde también acogían, entre otras mujeres, a las que acababan de salir de la prisión. ¿Hay una preocupación especial en el Instituto por atender a las mujeres? 

R.- La historia de nuestra Obra Social es como casi todas las Obras de la Iglesia: surgen como respuesta a una necesidad en la sociedad. En nuestro caso, así fue. En 1937 esta necesidad era atender a todos los que se quedaban huérfanos, desatendidos, con grandes problemas y necesidades: familias, niños, jóvenes… como consecuencia del momento histórico que se estaba viviendo. 

En cuanto a la preocupación por la mujer, se debe a que ésta ha sido y es el eje de la familia, y en aquellos tiempos, dada la situación histórica en España, la necesidad era más acuciante, y había que resolver las necesidades primarias y la educación de los niños. En consecuencia, pretendemos en primer lugar defender la dignidad en cada persona humana, buscando siempre su bien mayor, que es acercarles en libertad a Dios, hacerles ver que valen no por lo que tienen sino por lo que son, por lo que pueden. Pretendemos que se integren en la sociedad de un modo normal y responsable. 

P.- Ascensión Sánchez fue una de las primeras Cruzadas, directora del primer Albergue de la Obra en Madrid. Murió joven, dejando detrás una vida marcada por el amor a Dios, la fidelidad al Instituto, el servicio al Evangelio, y la entrega incondicional a los demás. ¿Qué queda hoy de su testimonio? 

R.- Lo más importante que dejó Ascensión fue el ejemplo de vida de Cruzada, que puede ser nuestro modelo y quizá el de cualquier laica consagrada. Exteriormente, ahí está, en Coslada, la Obra social que lleva su nombre, que le dedicó el propio Padre Fundador del Instituto. Y, además, nosotras, en algunas dificultades, recurrimos a ella pidiendo ayuda …y el Señor nos escucha. 

P.- Las Cruzadas también son misioneras. ¿Cómo es el trabajo en tierras de misión? ¿Qué labor desarrollan? 

R.- Todas las Cruzadas, por el hecho de serlo, son misioneras, porque el Instituto es en sí misionero. Pero son varias las expediciones que ha salido de España para distintos lugares de misión, tanto para América como para África. 

En Bolivia están las Cruzadas desde finales del año 1960. Comenzaron con obras sociales, atendiendo en salud y educación, que era lo más urgente en aquellos momentos, y prestando de manera especial atención materno-infantil y escuelas primarias. Hoy en día, y con la evolución de los tiempos, se han multiplicado las necesidades. En cuanto a atención sanitaria tenemos un Hospital Universitario de 2º nivel, con más de 120 camas, donde están en funcionamiento todas las especialidades, con dedicación preferente a la atención madre – niño . 

En cuanto a educación, se atienden niños desde guardería hasta escuelas de formación profesional, con las especialidades más necesarias y útiles como medio de integración en la vida laboral y social de los jóvenes, pasando por escuelas primarias y secundarias, hogares de acogida, internados de campesinos. Queremos hacer notar que varios alumnos han pasado directamente a la Universidad. Esta formación está dirigida especialmente a jóvenes del área rural. 

La labor que actualmente desarrollan las Cruzadas en Bolivia y Perú, así como en la República Democrática del Congo y Zambia, está basada en la evangelización y promoción, tratando de dar a los participantes una formación cualificada lo más amplia posible que les sirva para insertarse en la sociedad de manera responsable, que es lo que el Padre Fundador deseaba. 

P.- En estos tiempos de crisis, ¿han notado un aumento de las ayudas particulares? ¿Qué puede hacer una persona que quiera ayudar a la Obra Social de la Cruzada Evangélica? 

R.- Deseamos y necesitamos poder contar con ayudas de personas particulares. Pueden hacerlo: colaborando con su persona, con su entrega, con su tiempo, con su aportación económica, y con su oración. 

Cruzadas Evangélicas

Un diálogo, fruto de la mirada de otro Cristo a quienes están en la cárcel. Se palpa el sufrimiento. El celo por la salvación de esas almas consume al sacerdote, que atiende sin descanso a los enfermos. Piensa que, en tres horas, no se puede salvar a un hombre sin un milagro de Dios. Año 1937.

Momentos después, la conversación con una joven de la Acción Católica. "¿Puedo contra contigo para una obra de Dios?". Responde la joven: "Lo esperaba". Pregunta y respuesta que, inspiradas, son un primer paso de larga distancia. El lema del Instituto: "Todo por Jesús y por las almas". Don Doroteo, que así se llamaba el sacerdote, escribe una sencillas Bases, esencia del carisma y espiritualidad de la nueva Obra, que hoy se llama Instituto Secular Cruzada Evangélica.

Durante los primeros meses de la Guerra Civil, el terror se instala en las calles de esa bella ciudad del norte. Don Doroteo Hernández Vera confiesa, dice misa a escondidas. Es detenido. Trasladado a prisión. De allí no saldrá hasta la liberación de Santander.

La fecha fundacional, 8 de diciembre de 1937, Santander. Monseñor José Eguino y Trecu, el obispo. Ascensión Sánchez, la primera. Un texto: la carta magna fundacional: "Que seáis santas…". Decía: "A cuántas almas traté en estos calamitosos tiempos, un saludo en Cristo y el deseo de su gracia, y a cuántas por nosotros se interesaron, mi más sincera gratitud. Con San Pablo, y como él por Cristo en la cárcel, abofeteado, vapuleado, tenido por loco, y milagrosamente salvado de la muerte, puedo deciros que sois objeto de mis pensamientos y que mis fatigas las ofrezco al Señor para que crezcáis en santidad. Estas líneas que os escribo con mala pluma y sin más mesa que mis rodillas, que desde hace meses no han podido doblarse para adorar al Señor, van encaminadas a recordaros el deber en que estáis de vivir vida interior, vida de fe, vida santa, de seguir a Cristo. Ahora que tantos se avergüenzan de él, de vivir abandonadas a la voluntad de Cristo. Es decir, recordaros lo que ya os había dicho muchas veces, pero sin la autoridad que da el padecer por Cristo.".

El próximo sábado por la tarde, en el Aula Magna de la Universidad CEU San Pablo, se va a proceder a la clausura del Año Jubilar con motivo del 75 aniversario de la fundación del Instituto Secular de las Cruzadas Evangélicas. La Santa Misa estará presidida por el arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro Sierra, que ha acompañado a este Instituto Secular desde la muerte de su fundador. Don Carlos pronunciará previamente una conferencia sobre "El siervo de Dios, D. Doroteo, como sacerdote y fundador".

El tejido de la Iglesia se zurce con pequeñas realidades de vida y de caridad. Así es la Iglesia.

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